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El zinc es un mineral con funciones extraordinarias y esenciales en la salud humana. Consumirlo de forma adecuada, además de ser antioxidante y antiinflamatorio, puede ayudar también a prevenir el deterioro físico y a frenar la llegada de la fragilidad, ayudando a que tengas un envejecimiento más ameno.
Según un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el zinc podría ser un nutriente clave en los procesos asociados al envejecimiento no saludable, como el deterioro de la función física y la fragilidad del cuerpo, así como también en la función inmune y la síntesis de proteínas.
El deterioro de la función física es un tema de salud pública que causa problemas a nivel mundial. Este padecimiento puede generar discapacidad e incluso llevar a las personas a una muerte prematura. Por lo tanto, se ha buscado en múltiples fuentes como mejorar este aspecto desde la dieta.
El estudio sugiere que una ingesta correcta y en cantidades adecuadas de zinc pueden preservar la función física de las personas y ayudar a que se padezca un envejecimiento sano en el que exista menor pérdida de capacidades físicas y de movimiento.
Los alimentos altos en zinc que deben consumirse son las carnes, los lácteos y, principalmente, los cereales. Además de estos ejemplos, también se recomienda una disminución en el consumo de sodio y un mayor consumo de potasio para seguir contribuyendo a padecer un menor riesgo de deterioro físico.
Por último, el estudio también recomienda la ingesta de vitaminas del grupo B y de Omega 3 con el fin de seguir frenando la fragilidad en las personas que comienzan a envejecer.
Recuerda que en Cuidado del Paciente estamos listos para atender todas tus necesidades, tu salud es lo más importante.